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Investigación agropecuaria y competitividad

La investigación y el desarrollo tecnológico promueven la competitividad de los negocios agropecuarios. La inversión en este aspecto es altamente rentable: produce beneficios económicos y sociales tanto a productores como a consumidores, en términos de obtención de productos altamente competitivos que, con mejor calidad, pueden llegar en condiciones ventajosas a mercados más remunerativos. 

Se estima que durante las últimas décadas, en los países en vía de desarrollo, la inversión en investigación agropecuaria ha alcanzado a un 0,73% del producto interno bruto del sector, mientras que en los desarrollados se destina, en promedio, un 2,8%. En los primeros se carece de inversión privada en investigación. Es probable que la falta de competitividad que caracteriza a muchos productores de cultivos tropicales sea el resultado de la mínima inversión que, durante varias décadas, se ha hecho en investigación agropecuaria.

En el caso colombiano, los centros de investigación son financiados fundamentalmente por el sector privado y forman parte integral del sistema nacional de investigación privada. La inversión estatal ha sido baja y esta situación predomina a pesar de la alta tasa de retorno sobre la inversión que registra la investigación. Existe la palpable necesidad de que el Estado asuma su responsabilidad que le corresponde de liderar y orientar la financiación de la investigación y el desarrollo, y de que no delegue por completo este compromiso en el sector privado.

En Colombia los centros de investigación invierten para el desarrollo de sus actividades aproximadamente 18 millones de dólares por año, lo que puede representar el 0,57% del producto interno bruto de los sectores que representan. Se estima que más del 79% del total de los recursos dedicados en el país a la investigación y desarrollo tecnológico es aportado por los sectores productivos a través de los centros de investigación vinculados.